¿Cuál es el negocio detrás de los accidentes de tránsito?
El índice de mortalidad en accidentes de transito en Argentina es uno de los mas altos del mundo, son la primera causa de muerte en menores de 40 años. Esto genera aproximadamente pérdidas económicas por mas de U$S 10.000 millones anuales.
Hablamos de perdidas que en cierta medida podrían ser evitadas con la implementación de mejores controles (tanto de vehículos como de conductores) y un adecuado sistema de formación de conciencia ciudadana y seguridad vial.
Solo si los 3 elementos involucrados en la seguridad vial, se encuentran interactuando en forma correcta disminuyen las posibilidades de ocurrencia de accidentes de transito. Estos tres elementos son: las vías de circulación, los vehículos y los sujetos.
Es de publico y notorio conocimiento el mal estado de calles, avenidas, carreteras y caminos; su falta de señalización y poco mantenimiento son parte muy importante (junto con los demás factores de riesgo) en un cóctel trágico que a diario cobra nuevas victimas. Los automóviles deben encontrarse en buen estado de funcionamiento cumplimentando las normas inherentes a la cuestión y aquí es importante la responsabilidad de todos al reconocer en esta actividad de mantenimiento, no solo su realización a nuestro servicio personal sino como compromiso social a fin de evitar la producción de un accidente. Pero no todo esto es suficiente si tanto peatones, conductores y pasajeros no poseen una correcta y efectiva educación vial y hacen uso práctico de ella.
Y si todo en su mayoría resulta solucionable, ¿porque entonces no se hace? ¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Qué negocio se acabaría?
Pensemos por un momento en la utopía de una importante reducción de accidentes de tránsito, en poco trabajo para quienes manejan este negociado, clínicas, abogados y toda la parafernalia que se esconde detrás de la venta de datos, etc, etc.
El manejo es conocido por todos los actores del sistema, pero aun así nadie hace nada. Es tal la falta de control que nos genera una sensación de impunidad que lamentablemente deja la puerta abierta a quienes ven en esta falencia la oportunidad de un negocio.
Karina Janet Alves Grandal
