Salud en el trabajo: una responsabilidad de todos

Por segurosaldia.com mayo 4, 2006 20:42

La semana pasada se llevó a cabo la III Semana de la Salud y Seguridad en el Trabajo, organizada por la SRT y centrada, básicamente, en la temática del cáncer ocupacional y en las estrategias necesarias para lograr una merma en la cantidad de accidentes y enfermedades profesionales.

El pasado viernes 28 se conmemoró el Día Internacional de la Salud y Seguridad en el Trabajo y, con tal motivo, la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) desarrolló, durantes los días 26, 27 y 28 de abril, la III Tercer Semana de la Salud y Seguridad en el Trabajo, llevada a cabo en el Hotel Sheraton Libertador y orientada a diferentes sectores vinculados con la actividad laboral de nuestro país. El objetivo de este ciclo de conferencias, organizado por tercer año consecutivo por la SRT, fue debatir sobre el cáncer ocupacional y los diferentes mecanismos para reducir los índices de siniestralidad laboral tanto en nuestro país como en otras partes del mundo. Diferentes paneles compuestos por calificados especialistas, tanto nacionales como internacionales, debatieron ante más de 2000 personas acerca de una problemática que marca la actualidad laboral de miles de trabajadores en todo el planeta.
Tal como se viene mencionando en informes anteriores, es evidente que la accidentología laboral se trata de un fenómeno multicausal, donde intervienen una serie de factores variados que provienen desde diferentes esferas del tejido social. Una correcta concepción de la actividad laboral debe incluir elementos tanto culturales como económicos, como así también la intervención de diferentes organismos que incluyen desde los estatales hasta los privados. La regulación de la actividad laboral es una interrelación de diferentes factores que no puede, de manera alguna, aislarse uno de los otros y ser tomados de manera individual.
Desde esta perspectiva estuvo enfocada la semana de la SRT, que si bien contó con una problemática central –el cáncer ocupacional- estuvo pensada con el fin de enfocar a la seguridad en el trabajo como un compromiso que debe provenir desde los ámbitos de la salud, la investigación, el jurídico y el gubernamental.
Sin bien, como se mencionó anteriormente, la accidentología laboral se trata de un fenómeno donde confluyen múltiples causantes, no quedan dudas que el rol del Estado se transforma en fundamental a la hora de controlar y regular la actividad del trabajo. Héctor Verón, Superintendente de Riesgos de Trabajo, enfatizó esta premisa que desciende desde el mismo poder ejecutivo y que se basa en acentuar a un Estado líder y protagonista a la hora de la lucha contra la siniestralidad en los ambientes de trabajo. Según Verón, “es fundamental recuperar el rol del Estado en la temática, promover la prevención, erradicar el trabajo infantil y el no registrado”. En este sentido, el superintendente remarca algunas medidas que se tomaron durante el último año con el objetivo de aumentar el poder de inspección por parte del Estado: acuerdos con las administradoras de trabajo local, creación de las SRT Provincias, actividades de perfeccionamiento y campañas de comunicación masiva aparecen como las más importantes. La intención es, según Verón, poder lograr una federalización de las acciones y poder extender una cultura de prevención a nivel nacional. La prevención aparece, entonces, como una de las principales armas en la lucha contra los accidentes de trabajo y esta concepción que tanto éxito logró en los países más desarrollados –Alemania es el mejor ejemplo- está tomando en nuestro país un rol primordial en las diferentes acciones llevadas a cabo por el Estado. La prevención debe ser contemplada como un plan en sí mismo y contar con un correcto diseño de programas, un control efectivo de éstos y la investigación de los accidentes de trabajo.
A su vez, hay que decir que la SRT implementó otra serie de medidas que apuntan al control y seguimiento de la seguridad laboral en nuestro país: creación del PRAM (Programa de Reducción de Accidentes Mortales), de Prevención de Accidentes de Trabajo en PYMES, mejoras de empresas que no optimizaron su prevención, de inclusión de empleadores, de registro de enfermedades profesionales, salud y seguridad en la agricultura, salud y seguridad en la construcción y establecimiento de trabajo infantil peligroso.
Evidentemente, más allá de que se perciba cierto cambio en la concepción de la problemática de la siniestralidad laboral, queda claro que nuestro país tiene aún mucho que resolver en este sentido. La tasa de siniestralidad que presenta aún es elevada, y el crecimiento económico y productivo que se evidencia en estos días ha hecho que la cantidad de accidentes y enfermedades registrados en los diferentes ámbitos laborales muestre un sostenido incremento anual. Si bien muchos especialistas establecen una relación directa entre estos dos parámetros, no son pocos los que sostienen que una mayor productividad no tiene por qué ser equivalente a una mayor accidentología laboral. De hecho, muchos casos registrados en otras partes del mundo – en España, por ejemplo- actúan como testigo de que se puede llevar a cabo un proceso de crecimiento logrando, a su vez, una merma en la cantidad de accidentes de trabajo. Para esto es condición básica una reforma en el sistema de trabajo y la construcción de uno interrelacionado con otras disciplinas base de la estructura social.
No quedan dudas que la siniestralidad laboral se ha transformado en una realidad en nuestro país. Si bien lo más importante es acentuar la importancia de la prevención a la hora de lograr la erradicación de este auténtico flagelo, es necesario también el correcto seguimiento de la persona que ha sufrido el accidente.
Según remarca Verón, en el año 2005 se detectaron 1928 casos graves de accidentes, se realizó un seguimiento telefónico de 4000 trabajadores accidentados, se auditó el funcionamiento de 15 centros médicos, se concretaron 397 auditorias concurrentes y 749 auditorias no concurrentes. A su vez se auditaron a 15 aseguradoras de riesgos de trabajo (ART) y se concretaron 67 entrevistas de servicios sociales a internados y accidentados para lograr su posterior inserción laboral. Otro dato importante es que durante el año pasado se registraron 1032 denuncias contra las ART y se detectaron a 5650 empleadores que no contaban con el seguro obligatorio, situación que, luego de la intimación correspondiente, se logró remediar en un 40%. A esto se agrega la implementación del sistema de indicadores SIDEART, diseñado como mecanismo de control de las ART y como recurso a la hora de lograr una mayor transparencia en el sistema de seguridad en el trabajo. Sin embargo, y tal como lo remarca Verón, sigue habiendo baches profundos en el sistema, como lo grafica la falta en los controles médicos periódicos que ya se ha convertido en rutina en la actividad laboral argentina. Sin dudas un dato importante, sobre todo teniendo en cuenta que la accidentología laboral en nuestro país se encuentra bastante lejos de ser tan sólo un recuerdo lejano.
Evidentemente, si bien la siniestralidad laboral se ha convertido en una tendencia casi mundial desde la explosión del sistema industrial y productivo que caracteriza a nuestra era, no se trata de un fenómeno inseparable de los procesos de crecimiento económico. Si se inculca a la prevención como una cultura más que como una actitud, y si se establece una concepción amplia del sistema del trabajo, donde la salud, la justicia y el estado participen de esta reforma, el camino hacia la erradicación de los accidentes y enfermedades profesionales no será visto sólo como un horizonte lejano sino como una realidad más palpable para los millones de trabajadores en nuestro país.

Salomé Zamora

Por segurosaldia.com mayo 4, 2006 20:42