España: Cambio climático, la gran laguna en la gestión «responsable» de las aseguradoras

Por segurosaldia.com enero 28, 2011 12:30

Naciones Unidas aboga por el desarrollo de productos que cubran riesgos emergentes

Son muy pocos los actores del sector financiero que han mostrado preocupación por los efectos del cambio climático. Escudadas en su aparentemente escasa contribución al fenómeno, las entidades han pasado de puntillas por encima del problema limitándose a esbozar un par de apuntes someros en sus informes y memorias de sostenibilidad. Tampoco las aseguradoras han mostrado una exhaustiva atención al problema, a pesar de que muchos de los productos que ofrecen cubren contingencias relacionadas con el cambio climático.

Así, según el estudio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), las principales aseguradoras del mundo, así como el resto de entidades financieras, carecen de información suficiente acerca del cambio climático. Ante los crecientes-y adversos-efectos del problema climático, Naciones Unidas sugiere a las aseguradoras que presten una atención más pormenorizada en este sentido, ofreciendo un mejor acceso a los pronósticos, análisis, modelos e interpretación de los datos climáticos, dotándose de mayores y mejores armas para combatir los posibles efectos adversos del clima que a menudo se incluyen en los productos que ofrecen.

SEGUROS MÁS “VERDES”

No es la primera vez que Naciones Unidas se posiciona acerca de los frágiles lazos entre aseguradoras e información medioambiental. Ya dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se presentó un proyecto que pretende impulsar al ámbito de los seguros a la implementación de medidas contra el cambio climático. Contrariamente a la tendencia “abúlica” del sector financiero con respecto al problema ambiental por considerar a las entidades poco “peligrosas”, este proyecto parte pretende aprovechar el potencial de las aseguradoras para gestionar riesgos para desempeñar un papel importante en el apoyo al sector público a la hora dar prioridad a medidas de prevención y lucha. Además, se aboga por el desarrollo de productos que cubran los riesgos emergentes y aumenten la concienciación entre los grupos de interés.

Así las cosas, algunas de las principales aseguradoras han comenzado a ponerse las pilas en este sentido. Destaca el caso de Mapfre que ha suscrito la declaración de Kyoto de la Asociación de Ginebra, que establece compromisos de Impulso a la Investigación destinada a la evaluación y gestión de los riesgos relacionados con el clima, al desarrollo de productos que incentiven la compensación o la reducción de los niveles de emisión de gases de efecto invernadero, y al desarrollo de proyectos de energía de bajas emisiones; a mejorar la información a los clientes acerca de sus niveles de riesgo relacionado con el clima, de las estrategias de mitigación y adaptación y de los beneficios financieros que éstas suponen; y a reducir la “huella de carbono” de la propia industria aseguradora.

Y a al hora de relacionar seguros y cambio climático, no ha de olvidarse que este nexo está también presente más allá de las propias aseguradoras. En España la Ley de Responsabilidad Ambiental obliga a todas las empresas que llevan a cabo actividades peligrosas disponer del tan traído y llevado “seguro verde”, una garantía financiera que toma como punto clave la “presunción de causalidad”, que implica que las compañías muy susceptibles de generar actividades peligrosas han de llevar a cabo un análisis de riesgos y valoración económica para poder restaurar la zona dañada en caso de que se produzca una catástrofe o accidente ecológico derivado de su actividad. Las garantías financieras pueden ser de tres tipos; seguro, aval financiero o reserva técnica en el balance. A este respecto, las consultoras ERM y Marsh presentaron en 2008 una metodología de evaluación de riesgos para ofrecerla a las compañías, cuya intención es monetizar las reparaciones para poder presentar un presupuesto a las empresas que les contraten. El método para identificar y evaluar los riesgos medioambientales fue creado en 2008 por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) y responde a la calificación de UNE 150008.

RESPONSABILIDAD SOCIAL

Además de instar a las aseguradoras a que incrementen su atención al cambio climático, los organismos internacionales abogan también por una mayor integración de la Responsabilidad Social con los gobiernos corporativos de las grandes aseguradoras. Se busca de ese modo la innovación permanente en productos y en servicios de prevención y asistenciales que agreguen valor a los asegurados y clientes; y prestación a los mismos de un servicio accesible y de calidad en el plazo acordado, asesorándoles honestamente, asegurando la confidencialidad de sus datos, y resolviendo sus reclamaciones en el plazo más breve posible. Las aseguradoras realmente comprometidas con la Responsabilidad Social han de asumir la necesidad de mantener una estrategia de transparencia, tratando de ahondar en la confianza de los clientes e inversores, respetando las reglas de libre mercado y de libre competencia, y rechazando cualquier práctica irregular para obtener ventajas empresariales.

Como ejemplos de aseguradoras que están comenzando a llevar a cabo una correcta implementación de la RSC, destaca Zurich Seguros que ha anunciado la implantación en algunas de sus oficinas del denominado sistema Sightos, que consiste en una plataforma de interpretación de la lengua de signos mediante videoconferencia, por lo que se vuelve así accesible para personas sordas. La implantación de la herramienta es consecuencia del acuerdo que firmó la compañía en mayo con la Federación de Personas Sordas de Cataluña (FESOCA). Esta última creó en 2008 el sistema Sightos, basado en Internet, para permitir la transmisión de imágenes de la persona sorda y la voz de la persona que habla, junto a la transmisión de las imágenes y la voz del intérprete, de modo que se trata de una persona real y no virtual.

A su vez, DKV Seguros  ha concedido más de 120.000 euros a proyectos sociales y medioambientales puestos en marcha por entidades que promueven la salud y la mejora de la calidad de vida de colectivos especiales, que este año beneficiarán a 15.000 personas. En concreto, las ayudas se destinarán a la Fundación Menudos Corazones, que organizará un campamento de verano dirigido a niños entre 7 y 14 años de Madrid con cardiopatías congénitas; Nexe Fundació Privada, que ampliará los servicios de respiro a las familias barcelonesas con niños de 12 a 16 años con pluridiscapacidad mediante actividades y talleres lúdicos adecuados a su edad; o la Fundación de Oncología Infantil Enriqueta Villavecchia, que ofrecerá apoyo a niños y jóvenes con cáncer ofreciendo acompañamiento y talleres a través de un programa de voluntariado.

Fuente: icnr

Por segurosaldia.com enero 28, 2011 12:30