Argentina: condiciones históricas para consolidación de proyectos

Por segurosaldia.com octubre 5, 2005 13:33

La Dra. MERCEDES MARCÓ DEL PONT analiza la evolución económica de Argentina de los últimos siete años. A partir de las consecuencias de las decisiones de los ´90 habla, de la necesidad del mercado externo, del tipo de cambio, de los ingresos y de la desintegración social. Pero siempre con perspectivas optimistas hacia el futuro.

Por Vanesa Patrignani

Con una visión optimista de las posibilidades de nuestro país, dice que no es que hayan faltado ideas aquí sino que han habido funcionarios que han cuestionado sistemáticamente la política económica social de este país. Hubo una necesidad del desarrollo del Plan Fénix, que tiene objetivo social, ya que los tiempos políticos y las ideas están dando oportunidades.

Si analizamos la evolución de la economía Argentina desde una perspectiva histórica, la evolución del salario desde 1940 hasta hoy, muestra que desde mediados de los ´60 hasta hace poco, Argentina vivió y compró un esquema de política económico social; afirma que fuimos una excepción en el mundo por la aplicación de la apertura en regulación financiera en el bolsón comercial. Es decir, Argentina opta por un modelo de articulación donde la valorización del capital deja de ser la producción de bienes y servicios, deja de ser la generación de riqueza por la vía de la economía real y pasa a ser la vía de la acumulación en la esfera financiera. En la evolución, el auge en los ´90 colapsa en 2001. No se puede desconocer que Argentina se encuentra condicionada por decisiones tomadas en los ´90, deuda externa, que provoca una situación de degradación social, desindustrialización y destrucción del Estado.

Comparando cualitativamente el actual proceso económico respecto del de la década del ´90, comparando 2005 con 1998 (año previo al ingreso del proceso recesivo y posterior depresión), se ve que en 1998 la economía estaba sostenida en el sector de servicios, financiero, tenia baja inflación ,crecía un 4% anual, había déficit en cuentas públicas y desequilibrio de fuerzas externas. En 2005, crece a 7, 8% anual, hay mayor inflación, hay superávit de cuentas externas y de cuentas públicas. En el segundo trimestre del año, supera en tres veces el nivel del producto respecto de 1998, este crecimiento se sustenta en los sectores reales, en la industria, en la construcción, en los servicios y en el sector agropecuario; este crecimiento se financia con ahorro interno; respecto del nivel de reservas integrado por dólares comerciales.

Hay un nivel de importaciones de un 10% menos que en 1998, pero las exportaciones aumentaron un 30%. Hay un patrón de crecimiento que es sustentado en el tiempo, para los inversores lo peor señal es la volatibilidad. El país necesita inversión, necesita sostener un ritmo elevado de crecimiento económico y se necesita un coeficiente de inversión que no puede ser menor del 23%.

Hacia adelante, lo que Argentina necesita, es garantizar un proceso de crecimiento sustentado en el mercado externo. Marcót del Pont, advierte que es una economía fragmentada, que hay una porción fuera del capitalismo; en los últimos años la principal contribución a la inversión y empleo la realizaron las Pymes.

Recién el año pasado, el cambio de precios relativos de la devaluación empieza a incidir en el ámbito de las exportaciones, no sólo en la Argentina sino también en Brasil y otros. El volumen de las exportaciones está creciendo no sólo por el sector agropecuario, sino por las exportaciones industriales.

Argentina tiene que aprovechar donde hay tasa baja interés internacional, donde los precios convienen y donde hay demanda potente de China, para avanzar y forzar el cambio estructural de la diversificación de la economía, de su perfil productivo, para no enfrentar así una nueva crisis en la deuda externa.

Otro de los grandes desafíos, son los ingresos de los ocupados en los últimos 10 años. En relación a la crisis de 2001, los salarios están aún un 21% por debajo de lo que estaban entonces, es una variación del 24% respecto de 1998, con dos millones y medio mas de ocupados pero con nivel del salario menor, esto determina que el dinamismo del mercado interno está condicionado por esta realidad. Sólo a partir de 2003, 2004, comienza a cambiar en términos reales, los salarios crecen por encima de la inflación, pero ha tenido influencia la elevada ponderación que tiene el trabajo informal en nuestro país.

En cuanto a la pobreza, hay cinco millones menos de pobres. Estamos en una situación mucho más grave que la de antes de la crisis, ya que hay un 40% de pobreza, cuando en 2001, en plena crisis estábamos en un 36%. Discutir la posibilidad de avanzar en los índices de pobreza e indigencia, tiene que plantearse políticamente la recomposición de los salarios, la disolución del trabajo no registrado. Uno de los orígenes de pobreza, es que el 50% de las tasas son de empleo en negro, esto no sólo significa remuneraciones más bajas sino que están sin salud sin jubilación.

El fenómeno de la pobreza no se mide según el lugar el ingreso, sino por la dinámica del precio. Cuando se analizan los años se inflación, se advierte que no se puede seguir repitiendo el diagnóstico monetarista, el Estado está absorbiendo los recursos y no expande la demanda agregada. Por otro lado, nos es verdad que la demasiada liquidez de la economía rebote de los precios. Sí existe una demanda insatisfecha de crédito, de hecho la política de intervención del BCRA para sostener el tipo de cambio ha sido una forma de generar recursos líquidos para que la economía siga funcionando. Si sigue así es porque sistema cambiario está retractando en su rol como mediador del financiamiento dirigido hacia la producción, inversión; la inflación no tiene orígenes monetarios, ni fiscales ni tampoco por el lado de los salarios.

El aumento de precios aparece por el lado de la oferta y de sus características, y de la estructura productiva, Argentina es un país que exporta y consume los mismos bienes. La discusión es cómo se hace para compatibilizar una economía que necesita seguir expandiendo sus exportaciones, pero que también necesita alimentar a una población y a los pobres: parece la necesidad de que regulen y arbitren los mercados.

Si Argentina dejara bajar el tipo de cambio, eso presionaría a la baja en los precios, esta política de sostener el dólar es inflacionaria. En muchos precios se acomodan a este tipo de cambio, a que ver a quién beneficiaria una ciada en el tipo de cambio.

El desafío del gobierno con el capital financiero especulativo se debe a que en el manejo del tipo de cambio aparece la necesidad de esterilizar recursos para que en algún momento no pueda generar inflación. Los precios internacionales, que argentina exporta aumentan. Va a haber una acomodación de precios de servicios atrasados, hasta que se logren niveles de productividad adecuados.

Las actuales circunstancias favorables que presentan las cuentas públicas, van a tener superávit primario y financiero, y el perfil tributario es muy regresivo porque está sustentado en impuestos indirectos, en el IVA. No se debe ignorar que con la incorporación de la retenciones (apropiarse de ganancia extraordinaria), el perfil tributario se modificó, el 10% del PBI tripicla el del los 90. Hay que preguntarse si este perfil se puede sostener en retenciones y qué pasa si caen los precios internacionales. Es el momento para plantearse una reforma tributaria integral que madure en los próximos años; la cuestión es que cuando cambien las cuestiones internacionales, la Argentina pueda bajar las retenciones.

En materia fiscal, hay que modificar la estructura tributaria; hay que avanzar en la discusión acerca de cuáles son las políticas más idóneas y cuánto estamos dispuestos a gastar del gasto publico parta resolver el tema social. Argentina no puede seguir pensando en la dinámica que está llevando el crecimiento económico, porque tenemos un núcleo duro de gente que va a llevar tiempo incluirlo en el mercado de trabajo. En las protecciones de la seguridad social, hay un problema para reconocer la realidad, Argentina no tiene que resignarse al pleno empleo, ni a políticas redistributivas, así se verá cómo se universalizan las prestaciones e instituciones da la seguridad social que ya existen, adaptándolas a la realidades del mercado de trabajo; que cuando forman parte del mercado formal pasan a ser contributivas.

Marcót del Pont no reconoce la existencia firme de un plan, pero advierte que a medida que surgen las situaciones se reacciona favorablemente. Insiste en que hay mucho por hacer para consolidar otro proyecto pero que la Argentina tiene oportunidad histórica para avanzar hacia la consolidación de otro proyecto de país y de otro proyecto social.

Por segurosaldia.com octubre 5, 2005 13:33